lunes, 19 de mayo de 2014

¡Esposa feliz, vida feliz!

Dicen que  ¡Esposa feliz, vida feliz!, ¿sera cierto esto?, pues yo creo que si. Una de las cosas que a veces no entendemos los hombres es que la mujer que ahora es nuestra esposa, fue, es y seguirá siendo una niña, (en un sentido literario), pues a la mayoría de las mujeres les gusta que las consientan, que las mimen, que les digan lo hermosas que amanecieron, y sentirse protegidas por su pareja.

Cualquier hombre debería dedicarse a hacer feliz a su esposa, pues en ultima instancia por eso es que nos unimos en matrimonio con ellas, por eso juramos ante un juez y algunos en un altar que protegeríamos y amaríamos a esa mujer, el problema es que a algunos se les olvida que la protección no solo radica en el hecho de que no se lastime o que no tenga altercados, si no inclusive que se sienta contenta y satisfecha con la vida que tiene, que se sienta comprendida y amada por los suyos, que encuentre en el seno de su familia su lugar de confort y que ademas ese lugar sea su lugar sagrado, para que no necesite estar en ningún otro lado.

Sin embargo muchas veces olvidamos preguntar si quiera su opinión, y en muchas de las decisiones importantes del día damos por hecho que ella estará de acuerdo con nuestras decisiones, que ella aceptara lo que nosotros digamos por el simple hecho de que nos apoya o de que ella sabe que la tomamos en cuenta.

Cuantas veces no hemos tenido disgustos por haber tomado decisiones solos, que afectan a nuestra familia. Pues bien la solución es fácil, para ser feliz en matrimonio, y es, "saber escuchar y hacer valer la opinión de nuestras esposas", con lo que no digo que no tendremos alguna pelea, sin embargo mucho de los problemas familiares no se producirán si supiéramos escuchar a nuestra compañera, si pudiéramos antes de tomar decisiones saber su opinión, y saber entender por que nos dice "no" o por que nos dice "si".

La familia en mi opinión es lo único que nos garantiza una felicidad, pues son nuestro motor que nos impulsa a sobresalir por saber que nuestros seres queridos estarán bien, que nuestro esfuerzo es reconocido, no importa lo que sea, y que el triunfo del otro es nuestro triunfo.

Por ello, no es solo decir "si" a todo, sino mas bien saber que las situaciones de familia se deciden entre dos, ya que afectan a todos.